martes, 15 de abril de 2008

Nila

Hoy ha muerto Nila. Ha estado con nosotros desde 1999. Fue en septiembre de ese año, cuando la trajeron a casa: una pequeña bola blanca diminuta, suave. Tan pequeña era que no podía bajarse sola del sillón.
Cuando bajábamos a la calle con ella, llamaba la atención. Probablemente, y hasta su muerte, halla sido la perra más juguetona de toda la plaza, corriendo detrás de la gente y los vecinos que conocía.
Era tan bonita...
Ha estado junto a mí en muchos momentos, en buenos y malos momentos.
Hoy yo le he dicho al veterinario que la sacrificara, tan mal estaba. Un tumor la estaba carcomiendo por dentro.
Estaba medio consciente cuando yo llegué a la clínica. Nila...¿cómo estás, pequeña?
Un sólo quejido, levantó la cabeza un poco, luego volvió a dejarla en su sitio, cansada, dolorida tras una operación que casi de antemano se sabía inútil.
Siempre pensé que viviría más, que la vería viejecita, andando despacito por la misma plaza de siempre.
Nila...¿recuerdas las siestas en el sillón? Venir del trabajo, almorzar, y echarme un rato mientras veía esos programos soporíferos del mediodía. En esos momentos llegaba ella y se subía encima de mí, sobre mis piernas: dormíamos un buen rato las dos juntas.
¿Recuerdas los regalos de Reyes?
Ese día había un regalo para ti también, alguna golosina o alguna lata especial y rica de comida.
¿Recuerdas los paseos? Cuando no tenía ganas de hablar con nadie, cuando llegaron los malos tiempos, yo me obligaba a sacarte a la calle, teniendo mi único contacto real con el mundo entonces, a través de ti.
Hoy me ha dado tiempo a decirte gracias. Por todo. Por esos buenos ratos, por las risas, por las caricias que me has dado.
Gracias Nila.
Hoy te he llamado por última vez. Sabía que aunque mejoraras levemente, ya estabas muy mal. No quería que siguieras sufriendo. Algo instantáneo, un leve estertor, y te quedaste dormida.
Andarás por el paraíso de los animales, probablemente por el mismo sitio por donde anda Clara, la reina de los gatos, que también se me fue tan pronto como tu lo has hecho.
Mi pequeña bola blanca, te echaré de menos siempre.
Ahora, no puedo seguir escribiendo.

1 comentario:

  1. Te entiendo un montón... Mi padre llevó a matar a Tina el 31 de marzo...llevaba con nosotros desde agosto de 1992 la echo de menos un montón y nunca olvidaré que mi padre la llevó a matar y no a sacrificar porque quería librarse de ella, ya que le tenía celos y le venía mal llevarsela a Alicante ese finde. Sin decirnos nada a ninguno, sin dejarnos desperdirnos de ella...¿quién es el animal? Bonito regalo de cumpleaños el mío el 28 de marzo y el de mi hermana el 3 de abril. Justo en medio. Ya no le hablo y con Tina murió lo que pudiera quedar de la figura de mi padre. Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso y por mí desde ese día soy huérfana de padre.
    Cambiando de tema... qué tal tu niña? preciosa en todas la fotos... tengo ganas de bajar aGranada a veros y presentaros a mi chico que es un ángel... a ver si este verano puede ser...
    Besitos mil. La prima Virgi

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