sábado, 2 de diciembre de 2006

De la compasión y la misericordia

Mi querida Leonor, hace ya tiempo que no te escribo. Los días pasan aceleradamente. Ya estamos a escasos días de la Navidad. Y, en poco, muy poco tiempo, una fiebre voraz y consumista nos poseerá a todos.
Aún no tienes edad suficiente como para decirme mil cosas que quieres para los Reyes Magos, al contrario, todavía tienes ese comedimiento que da la tierna edad que tienes: una bicicleta 8un triciclo pequeño, se entiende) y un "cubo de enfermera", un maletín de médico es lo que yo entiendo.
Me dices que ponga también cosas que les pides a los Reyes para el abuelo, la abuela, y para mí.
Hemos escrito ya la carta, y estás emocionadísima con los adornos, y el belén, y todas esas cosas que convierten por unas semanas una casa en algo mágico.
Intento disfrutar todos estos momentos contigo, porque sé que llegarán otras navidades, otros años, en que las cosas no serán igual.
El televisor está puesto, y hasta aquí llegan las notas del Requiem de Mozart, en la televisión francesa.
Antes de que te acostaras, hemos estado las dos un ratito escuchando parte de esta obra. Enb muchos momentos, habla de la misericordia:Una misa de difuntos, el llanto por el alma de la persona muerta, que implora compasión y misericordia a Dios.
Pienso en estos sentimientos, y creo que este mundo por el que andamos, va muy cortito en ellos.
Creo que no existe otro sentimiento que conmueva más que la misericordia, esto es, la capacidad que tenemos de compadecernos de otras personas, o de otros seres.
No estoy de acuerdo cuando la gente considera como despreciable que alguna persona tome decisiones que nos afecten a nosotros movidos por la compasón, por "pena".
Siempre he pensado, al contrario, que la compasión es un sentimiento tremendamente fuerte, y deseable. Es cuando el otro, el que está fuera de mí, es capaz de ponerse en mi lugar, de sentir mi sufrimiento, mi temor, mi desgracia. Y la comprensión de ello le produce dolor, al igual que a mí.
Es lo que se llama empatía, que es como decir: te comprendo, te entiendo, y te "siento". Comparto contigo tu dolor, y tus emociones, y esa comprensión de ti, me hace ayudarte, porque no podría dejar de hacerlo.
Qué sentimiento tan fuerte, Leonor, y qué necesario es en este mundo.
Poder decirle a alguien, a cualquier sufriente, que "te comprendo hasta el dolor".
Buenas noches, Leonor mía.
Siempre te comprenderé hasta ese punto.

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