sábado, 1 de noviembre de 2008

Et in Arcadia Ego

A principios de los 80 apareció en la televisión una de las series que más me han impactado.
Retorno a Brideshead, basada en la obra del mismo nombre de Evelyn Waugh, la vi la primera vez con unos 17 o 18 años, la misma con la que los protagonistas empiezan la historia.Una serie inglesa, exquisita, como todas las series inglesas que se rodaron por aquella época.
Hace unos días he leído que se ha hecho una nueva versión de la obra, sin embargo, a mí me resultará enormemente difícil ponerle otro rostro a Charles Ryder y a Sebastian.
Recuerdo los primeros capítulos, que comenzaban así: Et in Arcadia ego. Y en realidad era eso. Así me sentía yo cuando vi esta serie la primera vez, finalizando mi adolescencia.
He tenido la oportunidad de ver tres veces la serie, en diferentes momentos. Y nunca dejó de sorprenderme y fascinarme esa indolencia, esa forma de tratar el tiempo en esos primeros años en que Ryder y Sebastian se conocieron.
En parte, así se siente todo aquél que es joven: hay cosas que son sólo patrimonio de esa edad; esa inconsciencia, esa indolencia, la ausencia de proyección hacia el futuro, la nimiedad, la levedad de las cosas...

Et in Arcadia ego....
...cuando me refugiaba en las habitaciones perdidas de la casa del pueblo a leer, de pequeña.
...aquellos veranos de los últimso años del colegio.
....cuando entré en el instituto.
...cuando iba con Inma Palma los sábados por la tarde al cine.
...la noche que Rosa se quedó en mi casa y estuvimos hasta el amanecer imitando a las compañeras de clase.
...los cigarrillos fumados en la terraza de Lucena, con Carmen.
...el primer paseo con Antonio el de Cartuja.
...una tarde en el Parque del Oeste en Madrid.
...las mañanas, cuando iba al conservatorio.
...un mediodía, con Rosa y seis cervezas en el Zeluán.
...una noche junto al mar, en Almuñécar.
...la llegada de una carta que hablaba de pompas de jabón.
...el viaje a Cantabria con mi hermano.
...una noche cerca de las estrellas, en un perdido pueblo de Ávila.
...un paseo junto a las murallas de esta ciudad, con Josep.
...los nueve meses que estuviste conmigo.
...los paseos contigo durante tu primer invierno.

Cuando el tiempo se nos iba con toda la placidez y sin congoja entre las manos, cuando aún podíamos sin nungún tipo de rubor, llevar a Aloysius de la mano.

3 comentarios:

  1. Era y sigue siendo una obra maestra. Gana cada vez que la vuelves a ver. Los capítulos con las relaciones de Charles y Julia son mis preferidos, y también las apariciones del padre de Charles.
    Pero toda en sí es una joya, se paladea cada secuencia, y cada nota de la música.
    Me ha gustado mucho tu post, y lo que más, el último párrafo.
    Un abrazo.

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  2. Gracias Peregrino Gris por tu comentario. Siempre es agradable verte por aquí.
    Un abrazo.

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  3. No lo vi nunca pero me encanta la forma en que dejàs los puntos suspensivos. Da a pensar cuànta historia puede traer una pelìcula, serie, mùsica a nosotros.

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